miércoles, 19 de septiembre de 2018

Pastor Alejandro Bullón - 09 La verdad sobre la muerte

  Cuando dejamos de vivir el espíritu humano (aliento de vida + intuición y conciencia), vuelve a Dios, porque Él fue quien nos lo dio en el Edén cuando lo sopló en la nariz de Adán; y el alma + el cuerpo físico quedan en la tierra incinerados o enterrados, sin conocimiento de ningún tipo ni dolor: 
Eclesiastés 9:5. "Los que viven saben que han de morir, pero los muertos nada saben, ni tienen más paga; porque su memoria es puesta en olvido. También su amor y su odio y su envidia perecieron ya; y nunca más tendrán parte en lo que sucede bajo el sol".

El engaño de que vivimos después de la muerte, viene de Satanás, porque no quiere que aproveches la única oportunidad que tienes que es esta vida, para que vivas confiado en que en otras vidas ya solucionarás lo que en esta no fue bien, o quedó pendiente de solución o de realizar. De este modo, más que por nosotros es por él hacer daño (que no puede) al Señor Dios Todopoderoso, engañando a la humanidad, Satanás cree eliminar una parte de La Creación muy importante para el Señor, se trata de la raza humana: a todos los que creen en el Señor Jesús se les da Su Linaje, Sacerdocio Sagrado, se convierten en hijos de Dios, y en la Esposa de Cristo, y vivirán por la eternidad con Él. Los que no crean en Cristo serán eliminados junto con Satanás. 

Sucede que ese ángel caído no parece darse cuenta de su porvenir, y si ya se lo ha dado quiere llevarse por delante con él a todo el que pueda enredar en sus engaños, para quitarles la vida.

Sabe de sobra que su engaño en el Edén sería un modo de conseguir aniquilar a nuestra raza, y se afanó en ello, para hacernos creer falsamente en unas vidas más que no tendríamos, y desviarnos de la única oportunidad que tenemos con la vida que Dios nos da, y en la época y de los padres que Él ha elegido para cada uno; no necesitamos más vidas, esta es la que se nos da y debemos aprovecharla, pero quiso quitarnos ese saber, para confundirnos y echar por tierra lo que de verdad necesitamos para aprovechar el tiempo, y nos mintió, contó la "gran mentira" , por eso le dijo a la mujer (Eva):

Génesis 3:2-4. La mujer respondió a la serpiente: "Del fruto de los árboles podemos comer. 3 pero del fruto del árbol que está en medio del jardín. Dios dijo: "No comáis de él, ni lo toquéis, para que no muráis ". 4 Entonces la serpiente replicó a la mujer: " No es cierto, No moriréis".

"No moriréis"???

Si el Señor que es dueño absoluto de todas las cosas, porque es el Creador de todas ellas, del cielo y de la tierra, dice que si comen de ahí mueren, porque Satanás dentro de la serpiente dice todo lo contrario?

Para arrastrar al hombre y a la mujer, -aunque se dirigió a ella primero- (primeras personas de la Creación) al desastre de la muerte y así arrancarle al Señor una parte de Su Obra. 

Y también de paso, les arrebató a ellos, al hombre y a la mujer el legado y regalo que Dios les dio:

- gobernar la tierra y tener dominio en ella, no la posesión o propiedad que es de Dios, sino el regentarla y dirigirla, cosa que el Señor en el Edén estaba enseñándoles a hacer diariamente, excepto el sábado que es el día de Reposo y lo celebraban junto a Él.

De este modo, Satanás el diablo, los mata y se queda como regente de este planeta, comienzo de su avaricia para tratar de quedarse con toda la obra de la Creación.

Esto por mucho que insista es imposible, LA CREACIÓN nunca será de él.

Tiene su derrota ya patentada, y su fracaso está escrito en el Libro del Apocalipsis: su destrucción está cerca y nunca más engañará a la humanidad.

Pero de momento, el Señor está permitiendo que siga engañando, para dar tiempo a que se desenmascare él solo, y que cada cual libremente decida a quién quiere obedecer.
No quiere que seamos robots, nos ha hecho libres, y Él es el Señor de la Libertad, desea que cada cual decida por sí mismo, eso sí debemos ser conscientes de que de nuestra elección solo nosotros seremos los responsables.

Hay quien piensa que no obedece a nadie, sino a su propio criterio y a su modo de creer o no creer, pero realmente, sí creemos, lo hacemos en cada instante de nuestra vida, sea en Dios o no, creemos. Todos lo hacemos.

Y no te obedeces a ti mismo, estás obedeciendo a una fuerza espiritual, lo creas o no, estás siendo dirigido, y eso sí que es libremente, por esa fuerza a quién tú has elegido seguir consciente o inconscientemente, por tradición familiar, por tu propia voluntad, porque te encajó ese planteamiento ya de adulto, en busca de saber sobre la existencia del universo y de tu vida, tú has elegido esa creencia, incluso el ateísmo es una creencia que deja a Dios fuera de tu vida, pero crees que tú mismo te vales, entonces crees, crees en ti mismo, pero crees. 
Y esa forma de elegir no tener a Dios en tu vida es seguir a su enemigo: Satanás, que es quién quiere que te alejes de tu única fuente de vida, quién te la dio: Dios.
Y es la manera de como nos manejamos espiritualmente, entregándonos de manera "voluntaria", te des cuenta o no por esa fuerza espiritual, puede ser benigna y positiva, o maligna y negativa. Si es benigna es Dios, si es maligna es el diablo que se llama el dragón y la serpiente antigua que es Satanás (Apocalipsis 12:9-12 Satanás arrojado del cielo) que le queda poco tiempo (Apocalipsis 20:7. fin de la rebelión de Satanás).

Nosotros elegimos y decidimos a quién seguir y a quién servir, con nuestras creencias, las que queremos creer, estamos sirviendo; y nadie sirve a dos, sino a uno, a un líder. Es un líder espiritual, y no se trata de maestros humanos, sino un líder que es espíritu, es espíritu del aire, como nos dice La Biblia, o es el Espíritu Santo, quién de verdad te ama y se ocupará de guiarte justamente por caminos de gloria y de luz hacia la verdad y el amor. 

Tú y yo somos los que debemos elegir en esta vida, si queremos obedecer a nuestro Creador y Redentor, o al ángel caído que desea la destrucción de nuestra raza, y si pudiese de todo lo que el Señor creó. Pero no puede y el Señor jamás se lo permitiría.

Tan solo tiene que conformarse con equivocar a algunos o muchos, pero no más. Y de eso no está exento de culpa, pero no será tampoco exento el que quiere hacer caso a ese enemigo de la vida.

En nosotros, por tanto, está la elección. Si sabemos que ese enemigo engaña, porque seguirle la corriente? 

¿Por qué no darle la espalda buscando la verdad?

Cristo dijo: "Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida" Juan 14:6.

La Palabra Santa nos muestra la verdad. Es el mejor escudo para vencer los dardos engañosos del enemigo, no dejarse llevar por sus fábulas de que hay más vidas o que Dios no existe.

A quién les parece amoroso venir un montón de veces, cada vez que muere, sin saber en que forma, si es en forma humana, o vegetal, o mineral, etc... y no saber con quién se va a encontrar, que deuda moral, emocional o física tiene con esa otra persona?

Que debe hacer, que debe limpiar, que debe afrontar, como vivir esa vida, tener que experimentar de nuevo fracasos, miedos, impotencia, dolor y ansiedad, enfermedades y de nuevo tener que morir, les parece poco una vez que quieren más de lo mismo, y sin saber si quedó todo liquidado y finiquitado, o tienen que repetir consecutivamente hasta que "todo su ser y su vida queden purificados y resueltos?

Y, ¿ quién determina eso? Un sauce, quizás una cigala, o una piedra? Un meteorito? O mejor al azar?

Una nube? Ellos mismos? Y como saber si ya lo has arreglado o queda algo por resolver?

Porque nosotros podemos comprender eso sin error? Si realmente no hacemos más que cometer errores una y otra vez, como saber si ya no los cometeremos más?

Cuando sabrás que ya lo sabes todo?
¿Cuándo podrás decidir si ya todo quedó limpio, y no te equivocarás más?
¿Cuándo ya no tendrás que volver nunca más? ¿Lo sabrás tú y como podrás saberlo? 

Recomiendo leer el Libro en La Biblia de Job 38 (entero) * Por fin habla Dios. 
El Señor le muestra a Job como él no entiende como fue hecha la Creación, le enseña cuantas cosas Job desconoce, y jamás podría entender si Él (el Señor Dios) no se las enseña.

Dios es el Creador, que con ordenarlo, con decirlo: "Hágase...", se hizo todo, y con Sus manos a nosotros que nos tomó del barro. Con sabiduría infinita y poder sin límites hizo esta Obra Maravillosa inigualable. Y solo Él es quien puede valorarla, y juzgarnos. Él es el Juez.

Solo Dios sabe y puede renovar al ser humano, y eso es la conversión. No hay humano suficiente que pueda auto-renovarse, hacerse de nuevo así mismo, es imposible, somos finitos y limitados, mortales.

Solo Dios es quien puede, porque Él es inmortal, infinito, superior, Supremo y Todopoderoso.

Lo que más necesita el ser humano es saber que necesita a Dios, y así entender que también necesita La Palabra de Dios escrita que es La Biblia, y de este modo conocer la verdad para poder decidir y ser transformado por el Espíritu Santo, entregándole el corazón al Señor Jesús, mediante la oración y el estudio de La Biblia diariamente, siendo bautizados por el Espíritu Santo y por agua: “A menos que uno nazca del agua y del espíritu, no puede entrar en el reino de Dios” (Juan 3:5) (esto es "nacer de nuevo"), saliendo de la tina que es el "compromiso de matrimonio con el Señor Jesús, para formar parte de Su Esposa, Su Iglesia verdadera, la única que es un modo de ser y de vivir, un comportamiento, un sentir, no somos de distintas Iglesias, sino solo de una: la de Cristo Jesús; y con la firmeza en la fe que necesitamos recibir cada día del Señor, sus bendiciones y su dirección para llegar a la meta divina.

Cuando conozcas al Señor y seas testigo de Su poder en tu vida, como la va transformando día a día, de gloria en gloria, saldrá de tu vida y se irá de ti ese modo de pensar tan peligroso de que tienes más oportunidades, y no ser arrastrado al abismo de la muerte.

Leer el Salmo 91 y el 23

Dios te cuida con ternura y quiere que vivas para siempre con Él, en la forma que todos deseamos vivir, con armonía, equilibradamente, con justicia equitativa, con paz, con calma y alegría, sin margen de error, ni corrupción de ningún tipo, sin lágrimas, sin dolor, sin enfermedad ni muerte. Todo será renovado y hecho de nuevo, con  una nueva tierra, un nuevo planeta tierra en donde no habrá ni depredadores porque los animales será vegetarianos y nosotros también, no habrá maldad, ni agresividad. 

Y por fin los que creyeron y fueron salvos por la gracia (ver el vídeo anterior sobre la Ley moral) de nuestro Señor y siguieron Su Palabra firmes en la fe hasta el final de sus días, disfrutarán de vivir junto a su Dios, el Señor Jehová Todopoderoso, que será la luz de ellos de día y de noche, en la Santa Ciudad que estará en la nueva tierra por la eternidad.

De verdad alguien quiere hacer caso a ese enemigo amigo de la muerte repetitiva y del dolor de soportarla una y otra vez? No es duro y triste pensar en pasar ese tormento de morir varias veces y vivir sin saber para que experiencia tienes que volver? No sería dificil sufrir de nuevo varias veces tus faltas y transgresiones, tus meteduras de pata?
O sin Dios, sin nuestro Hacedor, nuestro Señor amoroso y paciente, quién cuida de nosotros, aún de los que no creen, y les da el placer de enamorarse de su pareja y de su trabajo, de amar a sus hijos, a sus familiares y amigos, de conocer el mundo, les da el aliento y la vida, les da serenidad incluso sin que se la pidan. Pero también les da Su Palabra para que le conozcan y sepan que Él les ama. 
No quiere que nadie perezca, porque nos ama, y desea que todos procedan al arrepentimiento antes de que sea demasiado tarde, es otra razón de porque el Señor está aguardando aún Su Segunda Venida, y dando tiempo para que podamos todos salir del laberinto de una forma de vivir creyendo erróneamente que podemos vivir sin su amor, o en que tenemos muchas más experiencias y vidas de muchas formas para arreglarlo todo, ir y volver, ir y volver...

El Señor no nos daría jamás eso. Él es amor y misericordia, nunca nos entregaría por muy impíos y desobedientes que fuésemos a ese horror de ir y venir una y otra vez y sin saber para qué, averiguando sobre la marcha con el mismo quebranto o aún mayor que la vez anterior.
Porque quien te garantiza que sería placentero? No vemos como vivimos hoy? Con cuanta desdicha soportamos algunos días, y que pronto los buenos momentos se tornan lo contrario?

Despertad!!!! Y volved los ojos al Dios de amor, a Jehová, nuestro Creador y Salvador, que quiere que vivamos una vez, suficiente para saber y decidir, solo necesitamos hacernos honestamente con una Biblia y estudiarla, orar al Padre celestial para que reciba nuestro corazón y creer en Su Hijo divino, que murió en la cruz, para que seas salvo, Él pagó nuestra deuda de la desobediencia que concluye en muerte, pero no la primera (la que conocemos), sino la segunda, de la primera se resucita, todos lo haremos, lo que importa es en que momento lo harás, si cuando venga nuestro Salvador dentro de bien poco, o mil años después.
A continuación justo después de los mil años será el Juicio Final, para todos los que no creyeron o dejaron de creer, y de esa muerte es de la que el Señor Jesús nos libró con su muerte en la cruz. 
De esa segunda muerte de la que Él nos libró, no hay retorno, esa es la desaparición absoluta en forma espiritual, psicoemocional, física y materialmente para todos los que no creyeron y para ese enemigo que se llama Satanás y todos sus ángeles ayudantes caídos como él. 
Será como si no hubiesen existido. Por eso el fuego y el azufre, el fuego consume y el azufre purifica, y será porque cada cual lo decidió "libremente", nadie te obliga ni te prohíbe, te obligas tú y te prohíbes tú, la libertad sirve para que tú decidas sin que nadie te pueda interceptar la elección que has hecho. Nadie te arrastra a nada ni a ningún lugar, tú vas o no vas. Tu haces o no haces, por tu propia voluntad. 
Eso será lo que el Señor nos juzgue, nuestra elección y que hicimos con ella, sea para bien o para mal.

Y para eso vino al mundo, por amor, para librarnos del horror, en 
Génesis 3:15, está escrita su promesa de venir a salvarnos. Puso su vida en el madero con corona de espinas y clavos llevó nuestras faltas y cargó con nuestros horrores y errores, para librarnos de morir para siempre. 
Él soportó todos los dolores y malos tratos que hoy denunciamos tanto, para que tú y yo, todos, podamos vivir con Él por la eternidad. Isaías 53.

Yo quiero vivir por siempre con mi Señor, alabarle y servirle, porque solo Él es digno de alabanza y adoración. He elegido ser suya, servir a Dios, que sea Dios quien me guíe y quien dirija mi vida.
Creo en el Señor Jehová Dios Todopoderoso, en Jesucristo, Su Hijo y en el Espíritu Santo.
Hace ya años le entregué mi corazón, fui bautizada en Su Nombre Santo, estudio Su Palabra Santa, me dio Su Calendario, Sus Fiestas establecidas y Sus Días de Reposo: Shabbath; y le pido cada día la fuerza y la firmeza en la fe que Él me ha dado en Jesucristo mi Redentor, y que haga su propósito divino en mí, hasta el final, y así sea para gloria suya, se lo pido al Padre en Nombre de Su Hijo Jesús. Amén.

También pido para todos los que aún están en la oscuridad, para que despierten, que sean renovados y para los hermanos en Cristo, que les de fuerza y valor, muy especialmente por los que ya están padeciendo la persecución por ser cristianos.

Se trata de que creas en Él y en su amor y te mantengas firme en la fe hasta el final de tu vida.

Juan 3:16. "Porque de tal manera amó Dios al mundo, que dio a Su Hijo único, para que todo aquel que crea en Él, no perezca, más tenga vida eterna".
                             
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