Gracias a la paciencia y la misericordia del Señor Dios Jehová, por la obra de Su Espíritu Santo, somos llevados al arrepentimiento del corazón, cada día por cada cosa que hicimos mal, y nos recibe siempre con gran amor.
El Señor siempre está ofreciéndonos su ayuda, extendiendo su mano, a los creyentes bautizados, y a los que aún no han aceptado la gracia renovadora de la salvación por la muerte de Su Hijo Jesucristo, que vino al mundo como nuestro Rescatador para redimirnos de nuestra deuda con el Padre.
Por nuestra desobediencia caemos a menudo, por comodidad, por dejarnos llevar por la decadencia de nuestro carácter, por el egoísmo, la falta de voluntad, la dejadez y el abandono, y todo esto nos aparta de Su Palabra, de estar en contacto con los hermanos, de hablar a otras personas que aún no conocen al Señor. Hoy por ejemplo, me pasó que después de unos días localicé en internet a unas personas que están en mi corazón, de forma muy curiosa, extraña, pero realmente no lo es, llegaron así, pero fue para ser avisadas, para comunicarles el amor que el Señor siente por ellas, por esa familia, para que conozcan Su Palabra que da vida, y sana los corazones, nos renueva y nos hace nacer de nuevo de su mano divina, para ser transformados cada día por el poder del Espíritu Santo, para que cuando Cristo vuelva estemos preparados, para recibirle, y subir a encontrarnos con Él en el aire, y estar siempre con Él por toda la eternidad.
No podemos dejar que nuestros intereses humanos intercepten nuestra primera necesidad: Comunicarnos con el Señor en oración y recibir su "voz" cuando leemos y estudiamos La Biblia, estas dos acciones y hablar con otras personas, que van llegando poco a poco a nuestro corazón, cada día, no por nuestro interés, o porque nosotros queramos que sean estas o las otras, sino porque se nos va acercando a ellas, para trasmitirles cuán grande y hermoso es estar en la presencia de Dios, saber que Él cuida cada día de todas sus obras, no que esté en ellas, sino que cuida de ellas, con sumo amor y ternura, Salmos 145:9 El Señor es bueno para con todos,
y con ternura cuida sus obras.
Es lo que nos hace aún en los momentos más difíciles, sentirnos llenos de gozo y paz en nuestro corazón.
Su amor llega a los corazones mas duros, más incrédulos, cuando Su Palabra les alcanza los cambia, hace que nuestra vida tenga sentido, un sentido distinto del que antes tenía, ya nada es igual!
!Todo es diferente, el alma empieza a disfrutar de una calma que siempre hemos buscado, quizás en la dirección incorrecta, pero realmente todo buscamos esa paz, esa serenidad que lleva una alegría que no conocíamos, y desde ese día te acompañará siempre.
La cuestión está en no apartarnos de la fe.
No dejar de orar y leer todos los días La Biblia.
Se piensa a veces que es pesado leerla, o que hay que hacer un esfuerzo grande, es preferible hacer cualquier otra cosa? Pues si dejamos que el alma actúe sí, resulta así, pero si escuchamos la voz que sale de nuestro más profundo interior, somos guiados a Su Palabra, y … Oh! que bendición.
El otro día estaba muy cansada, con un decaimiento físico y mental tremendo, y fui a mi dormitorio y me arrodillé junto a la cama, y oré al Señor para pedirle fuerzas, porque no podía continuar el día y la actividad, de inmediato fue como si soplase aire en mi corazón desde muy adentro, sentía que mi cuerpo y mi alma recibían esas fuerzas, y no había terminado de orar, cuando recibí "Su Gracia", esa brisa que me estaba levantando poco a poco pero con una intensidad maravillosa, y dije "Gracias Señor", porque Él estaba ya dando esa fuerza y valor, poder divino, para restablecerme.
No sabemos como actúa el Señor si no le entregamos nuestro corazón, hasta que lo hagas, y te comprometas en firme oficialmente mediante el bautismo por inmersión, una vez que crees naturalmente, primero conocer al Señor, saber que el Padre Celestial, Cristo Jesús Su Hijo, y el Espíritu Santo, que es JEHOVÁ, te ama como nadie puede amarte, y Él mismo te prepara la información que necesitas para conocerle más y ser bautizado.
(Leer en La Biblia: Hechos 8:26-39), el etíope a quién el Apóstol Felipe bautizó, iba leyendo las escrituras, y cuando Felipe se las explicó, fue realmente en una cuestión de horas, no necesitó más para saber que necesitaba el bautismo, y preguntó si podía ser así, porque cerca había agua en la que sumergirse, y Felipe le dijo que si de veras creía nada se lo impedía, y fue bautizado. A partir de ese momento el Señor cuida de nosotros y va poniendo el nuevo corazón, el corazón del Nuevo Pacto, que lleva sus Mandamientos escritos en él y el Señor es quien hace que los cumplamos.
Cada día que nos entregamos al Señor, le pedimos que tome todo de nosotros, y nos renueve con su amor, que nos perdone la falta que cometimos, le damos gracias por tantas cosas que recibimos y bendiciones que nos llegan incluso sin pedirlas, "somos transformados de gloria en gloria" -
2 Corintios 3:18- y para gloria Suya.
Ver como el personaje de la película se transforma de un hombre que era feliz en la Iglesia sirviendo con alegría, al hombre antipático y desagradecido que surge al apartarse de Dios, pero con las oraciones delos hermanos de la Iglesia, vuelve de nuevo al Señor, mediante el arrepentimiento.
Arrepentirse es algo que a muchas veces incluso las personas que no creen en el Señor, les pasa.
Uno a veces hace algo de lo que luego cuando surgen las consecuencias de la decisión que un día tomamos, recordamos que podíamos no haberlo hecho; pero no se trata de arrepentirse para que no nos vaya mal, porque sería un arrepentimiento interesado, sino porque de corazón sentimos que no debíamos haber hecho tal cosa, porque no fue la decisión correcta. Sobre todo si la decisión la tomamos sin consultar al Señor en oración.
Por tanto, necesitamos tener en cuenta, que la conversión no es solo un día, o un momento, el día del bautismo, por ejemplo, y ya no hace falta continuar ocupándonos de escuchar la voz del Señor, obedecerle, orar, estudiar La Biblia y compartirla con las demás personas; hay que seguir día a día y noche a noche en ello.
La verdad, el Señor es quién nos lleva a oración, a Su Palabra y a compartirla para que otras personas, que aunque crean ser felices con la creencia que tengan, porque a veces encontramos a personas que parece que las va bien, pero si la creencia no es la que se basa en LA VERDAD, y LA VERDAD lo dijo el Señor es Su Palabra: "Yo Soy el Camino, la Verdad y la Vida" -Juan 14:6- no están naciendo de nuevo, y no estarán listos para vivir en la nueva tierra, de la que La Biblia nos habla, la Promesa del Creador para todo aquel que de verdad necesita y desea vivir en amor, tiene que ser en Jesús, porque el Padre ha depositado toda la deidad en Cristo Jesús Su Hijo, porque quien tiene al Hijo sabe que el Padre está también con él.
Sobre este tema en el mismo blog, compartí desde YouTube un vídeo del Pr. Alejandro Bullón que se llama La Segunda Venida de Cristo, otro es el Milenio y uno más que es LA TIERRA NUEVA.
Recomiendo verlos.
Y también sugiero hacer como el personaje de la película, por mal que nos vaya, o que nos hemos desviado, por circunstancias las que sea, no importa, vuelvan a tomar La Biblia en sus manos, lean el evangelio de Juan, y pidan perdón al Señor. Pronto notarán que todo vuelve a su lugar y recupera el sentido de alegría y dinamismo, sensatez, comprensión y fraternidad.
Es de una forma tan suave, pero tan real que no podemos casi explicarlo, por eso cada cual debe experimentarlo por sí mismo si desean sentir eso que cada ser humano de verdad, supongo, desea cada día: un bienestar que nada y nadie en el mundo te puede dar, solo el Señor Jehová, nuestro Creador y Redentor, Señor de señores y Rey de reyes.
A Él sea la gloria por siempre. Amén.