sábado, 23 de noviembre de 2013

Artículo recibido de DEVOCIONALES CRISTIANOS.

Declarando el objetivo más importante de tu vida
“EL PLAN DEL SEÑOR PERMANECERÁ PARA SIEMPRE; LOS PENSAMIENTOS DE SU CORAZÓN, POR TODAS LAS GENERACIONES” (Salmo 33:11)
La mayoría de las grandes empresas vive en base a su declaración de objetivo final. ¡Y tú también necesitas tener una! “¿En qué debería consistir la mía?”, preguntarás. Debería:
(a) Enfatizar el objetivo final de Dios para tu vida. Recuerda que no se trata de una lista de tus metas –ellas cambian, el objetivo final no.
(b) Hacerte pensar constantemente acerca de la dirección que llevas. 
Escucha: “Examina la senda que siguen tus pies y sean rectos todos tus caminos” (Proverbios 4:26). Tu declaración acerca del objetivo final que tienes en la vida debería testificar lo que pretendes hacer con tu tiempo, tus posesiones, oportunidades, responsabilidades, y también lo que no te propones a hacer. Escucha: “En el rostro del inteligente aparece la sabiduría, pero los ojos del necio vagan hasta el extremo de la Tierra” (Proverbios 17:24).
(c) Definir lo que significa el éxito para ti. Debería manifestar lo que tú crees que es importante, no lo que el mundo cree; debería reforzar tus valores.
(d) Clarificar tu posición. A lo largo de tu vida tendrás diferentes papeles, pero el propósito de Dios para tu vida nunca cambiará. “¿Pero cuál es la voluntad de Dios para mi trabajo, o mi matrimonio, o donde vivo?”.
Éstos son asuntos secundarios. Puede haber múltiples posibilidades para llevar a cabo la voluntad del Señor para ti. Lo más importante es que cumplas el propósito de Dios para tu vida, independientemente de donde vives, trabajes, o con quien te cases. Estas decisiones deben sustentar el objetivo final para tu vida.
Escucha: “Muchos pensamientos hay en el corazón del hombre, pero el consejo del Señor es el que permanece” (Proverbios 19:21). Concéntrate en el propósito de Dios para tu vida, porque su objetivo final durará eternamente.
“…DAVID… (SERVIDO)[SIRVIÓ] A SU PROPIA GENERACIÓN SEGÚN LA VOLUNTAD DE DIOS…” (Hechos 13:36)
Puede llevarte semanas o meses redactar tu declaración acerca del objetivo más importante de tu vida. Escribirás varios borradores hasta que consigas el resultado final, y aun así harás algunos cambios según va pasando el tiempo y Dios te vaya dando más entendimiento. Pero una vez terminada, úsala como recordatorio diario. Salomón aconsejó:
“…porque es cosa deliciosa que las guardes [-las palabras de sabiduría-] dentro de ti y que, a la vez, se afirmen en tus labios” (Proverbios 22:18). Se ha sugerido que desarrolles la declaración acerca del objetivo más importante de tu vida basada en lo que te gustaría que la gente dijera de ti en tu funeral. Esto quizás no sea una buena idea.
Lo único que importa es lo que Dios dice de ti. Pablo escribió: “No procuramos agradar a los hombres, sino a Dios…” (1 Tesalonicenses 2:4b). Si quieres un epitafio sobre el cual construir tu vida, aquí tienes uno: “…David… (servido)[sirvió] a su propia generación según la voluntad de Dios…” (Hechos 13:36). ¡No hay epitafio mejor que éste!
Imagínate que en el grabado de tu lápida se lee que cumpliste el eterno propósito de Dios para tu vida en su debido momento (en tu generación). Ni las generaciones pasadas, ni las futuras pueden cumplir los propósitos del Señor en esta generación. Sólo tú puedes. Como Ester, Él te ha creado “… para esta hora…” (Ester 4:14b). Dios todavía está buscando personas útiles para hacer su voluntad. Escucha: “…los ojos del Señor contemplan toda la Tierra, para mostrar su poder a favor de los que tienen un corazón perfecto para con Él” (2 Crónicas 16:9).
¿Puede Dios servirse de ti? ¿Estás dispuesto a cumplir sus propósitos a lo largo de tu vida? ¡Tu respuesta a esta pregunta lo determina todo!

Artículo recibido de DEVOCIONALES CRISTIANOS.

Como Cristiano, ¿Has comprobado tus motivaciones últimamente?
“TODOS LOS CAMINOS DEL HOMBRE SON LIMPIOS EN SU PROPIA OPINIÓN, PERO EL SEÑOR ES QUIEN PESA LOS ESPÍRITUS” (Proverbios 16:2)
¿Eres rápido a la hora de cuestionar las motivaciones de los demás pero lento en el momento de hacerlo con las tuyas? Henry Blackaby habló de un hombre con un muy alto concepto de si mismo que oraba: “Algo no marcha bien, Señor. Leo y oro regularmente, voy fielmente a la iglesia, siempre hago donaciones a obras benéficas, y sin embargo, no tengo mucho. Mi hermano no hace nada de esto y, no obstante, él tiene un montón de dinero. ¿Cómo puede ser que a él le has dado tanto y a mi tan poco?”. Después de una pausa, una voz dijo: “¡Porque te crees un santurrón y eres como un dolor de muelas!”.
No puedes engañar a Dios con justificaciones altivas; Él mira en los corazones y juzga nuestras motivaciones. Él Señor sabe cuando haces lo correcto por razones incorrectas. Puedes estar en la iglesia con el corazón lejos de Dios. Los israelitas lo hicieron (ver Isaías 1:10-17).
Puedes ayudar a los necesitados y aun así ser ambicioso de dinero; Judas lo hizo (ver Juan 12:4-8). Puedes proclamar tu amor por Jesús y al mismo tiempo favorecer la causa de Satanás; Pedro lo hizo (ver Mateo 16:21-28). Puedes hacer sacrificios mientras vives en desobediencia; Saúl lo hizo (ver 1 Samuel 13:8-10). Puedes orar por motivos incorrectos; algunos cristianos del Nuevo Testamento lo hicieron (ver Santiago 4:3).
La Biblia dice: “todos los caminos del hombre son limpios en su propia opinión, pero el Señor es quien pesa los espíritus” (Proverbios 16:2).
Dios busca una sola cosa: amor. Todo lo que haces debe ser motivado por amor a Él y a los demás. Así que echa un largo y profundo vistazo más allá de tus hechos, a lo que hay detrás de ellos. Entonces pídele al Señor que te muestre lo que Él ve cuando los examina…

Artículo de DEVOCIONALES CRISTIANOS.

Cuando Dios te hace esperar
“…SUFRIDOS EN LA TRIBULACIÓN, CONSTANTES EN LA ORACIÓN” (Romanos 12:12)
A nuestra generación se le ha llamado la “generación microondas” ¡porque vamos por la vida como si nos estuviéramos quemando! Sin embargo Dios tiene su propio calendario y no se le puede apresurar. Cuando Él te haga esperar, cuida tus palabras. Así como un pequeño timón determina la dirección de un gran barco, lo que digas determinará tu camino y podrá impedir que los pensamientos nocivos infiltren tu mente. En palabras de Mel Weldon: “Mi mente es un jardín, mis pensamientos son las semillas; mi cosecha será o bien de flores o bien de malas hierbas”. Pídele a Dios que te ayude a controlar tus emociones. Pablo animaba a los creyentes a estar “gozosos en la esperanza, sufridos en la tribulación, constantes en la oración” (Romanos 12:12). La queja agranda el problema; la oración cambia la energía negativa en una fuerza poderosa para hacer el bien. Busca también el humor en las situaciones. Decía Salomón: “…El de corazón alegre tiene un banquete continuo” (Proverbios 15:15). La risa disipa la tensión, aligera la carga y llena tu alma de alegría.
Aprovecha cada oportunidad de aprender. Los chinos ven los problemas como oportunidades. Tanto es así, que en la escritura china el carácter para problema es el mismo que el de oportunidad. Según Salomón: “…Los diligentes aprovechan todo lo que encuentran” (Proverbios 12:27 NTV). Aprende de tus experiencias, no importa lo difíciles que sean, y recuerda que los mayores descubrimientos y avances del mundo se produjeron gracias a alguna crisis. Ama con amor incondicional. Los problemas suelen ser causados por personas y es muy fácil descargar la frustración en la gente. Pero en realidad todos nos equivocamos y todos merecemos una segunda oportunidad. ¿No te alegras? Aprende a ver a la gente como Dios la ve, “…vence con el bien el mal” (Romanos 12:21). Sé cortés y mantén tu dignidad cuando estés bajo presión (Romanos 12:10).
“CON VUESTRA PACIENCIA GANAREIS VUESTRAS ALMAS” (Lucas 21:19)
Haz que en tu vida la paz sea lo más importante. No dejes que tu ser interior sea controlado por las presiones externas. Cuando “te pones en pie de guerra”, todos son afectados, pero cuando “la paz de Dios gobierna tu corazón” (Colosenses 3:15), ésta restaura tu perspectiva y crea un ambiente en el que se pueden encontrar soluciones. Busca la solución en fuentes inesperadas. Cuando “encomiendas al Señor tu camino…” (Salmo 37:5), no te sorprendas si las personas y las circunstancias que ÉI manda a tu vida no son las que imaginabas. EI habló a Balaam por medio de un asno (Números 22), y usó una zarza ardiente para atraer la atención de Moisés (Éxodo 3). No vivas demasiado apresurado. ¿No te das cuenta de que cuanto más rápido vas, menos avanzas? Jesús dijo: “Con vuestra paciencia ganaréis vuestras almas” (Lucas 21:19).
Henry Blackaby observaba: “El tiempo de Dios es el mejor… Probablemente Él no te vaya a revelar todos los pasos, a fin de que lo busques con más intensidad. No sacrifiques la relación con ÉI por el activismo. Dios está más interesado en su relación contigo que en lo que tú puedas hacer por Él”. No seas demasiado orgulloso para pedir ayuda. Salomón afirmó que “… con la humildad viene la sabiduría” (Proverbios 11:2 NTV). Si las personas a las que acudes no están disponibles inmediatamente, sé paciente y no desistas. Dios nos creó para que trabajemos juntos, y en algún momento tú también serás llamado para ayudar a alguien, usando lo que estás aprendiendo ahora mismo. “Él nos consuela en todas nuestras dificultades para que nosotros podamos consolar a otros. Cuando otros pasen por dificultades, podremos ofrecerles el mismo consuelo que Dios nos ha dado a nosotros” (2 Corintios 1:4 NTV).