"Yo soy el camino, la verdad y la vida, nadie viene al Padre sino por mí". S. Juan 14:6.
lunes, 23 de septiembre de 2013
LA MUJER EN LA IGLESIA
Acabo de ver un reportaje Adventista del Séptimo Día, la Iglesia de la que yo tengo mis creencias y mi formación espiritual, bautizada, y me ha dado alegría ver el movimiento de la mujer y su iniciativa en la Evangelización.
El tema a tratar es que la mujer salga a la calle a compartir, a hablar, a llevar La Palabra del Señor.
Estoy totalmente de acuerdo, es una delicia aportar a los demás tu experiencia en la relación diaria con el Señor nuestro Dios.
En La Biblia el Señor nos muestra como la mujer de Samaria, fue un medio con el que tantas personas conocieron a Cristo Jesús.
Al conocer ella a Jesús, quiso de inmediato que todos sus vecinos también le conociesen.
Eso es compartir.
Y no es la única mujer que La Biblia nos indica que trabajaron para El Señor, la virgen María fue gran servidora y obediente para llevar en su vientre el fruto de nuestro Salvador y Redentor.
Le dio a luz, le crió, le cuidó y eso también es trabajar para Dios. Es hermoso verdad?
Bueno, pienso que todos y todas tenemos la emoción que es actividad de llevar nuestra "nueva vida" nuestro nacer de la mano de Dios a nuestros familiares y amigos, para que ellos puedan también formar parte del pueblo de Dios, que Cristo viva en ellos, les envíe a su Santo Espíritu, y les bendiga cada día, les lleve a arrepentimiento y a la única y verdadera felicidad.
Recuerdo que en Madrid, hacíamos a la salida del culto, en la Iglesia de Aluche, recorrido por la calle ofreciendo la visita a nuestra Iglesia, con un obsequio: cd o libro, y es muy hermoso ver como tantas almas se sienten movidas por el corazón a conocer a Jesús y desean que Él viva en ellos.
Hoy especialmente estoy emocionada porque hay una familia en mi pueblo, un matrimonio joven con niños que quieren formalmente conocer al Señor y abrirle la puerta de su corazón, desean también hacer Estudios Bíblicos, que por cierto empezamos mañana temprano.
Es maravilloso como el Señor con su infinito poder, les llega al alma, y como su Santo Espíritu a través de nosotros que somos instrumentos en las manos de Dios, nos pone a trabajar para que disfrutemos con ello, porque es la labor más bonita, dulce, emotiva, alegre y gratificante que puedas conocer, compartir con las personas nuestra experiencia en la relación con el Señor.
Le he dejado este comentario a través de Facebook, que pego a continuación.
Las mujeres tenemos también la necesidad y el compromiso de trabajar en la Iglesia de nuestro Señor para su Plan Divino de Salvación, compartir es amar, y que nuestros hermanos de todo el mundo conozcan la felicidad que el Señor pone en nuestra vida cada día a través de Su Santa Palabra y nuestras oraciones, es una bendición que recibimos del cielo.
Evangelizar y Testificar está en nuestro corazón cada día cuando Cristo Jesús vive en ti.
La felicidad no es una meta a la que hay que llegar, sino la manera de vivir que Dios nos pone en el corazón y en la mente cuando nos entregamos a él.